EL CENTRAJE
La Protección y conexión con el cielo y con la tierra. Un medio indispensable para la vida cotidiana.

Cierra los ojos e inspira y espira profundamente.

Dirige tu atención hacia tu cuerpo y percíbelo conscientemente, respira con naturaleza y relaja todo el cuerpo.

Percibe el apoyo de tus pies sobre el suelo, uno al lado del otro, las piernas están relajadas, la espalda esta recta, las manos apoyadas sobre la parte alta de las piernas, con las palmas de las manos hacia arriba, la cabeza esta recta y sonríe un poco para relajar también a los músculos de la cara.

Te pido que sientas tu campo energético, el aura, e imagines un canal de luz de ca. 3 metros de diámetro alrededor de tu cuerpo.

Ahora dirige tu atención hacia los pies y deja que las columnas luminosas de los Chakras de los pies bajan hasta el centro de la Madre Tierra.

Allí se encuentra una grande bola de luz dorada (simbólicamente el corazón de la Madre Tierra), que es símbolo del poder y la fuerza de los 4 elementos (tierra, fuego, aire, agua), el amor, la compasión y la seguridad de la Madre Tierra, el poder de curación de todas las plantas y de todas las piedras preciosas, así también la abundancia y la riqueza (cavidad de oro) de la Madre Tierra. Deja que tus columnas de luz echen raíces y se anclen con la bola de luz dorada en el corazón de la Madre Tierra.

Ahora inspira profundamente algunas veces y deja fluir la luz dorada a través de tus columnas de luz hasta llenar tu cuerpo con la energía de la luz dorada.

La luz dorada de Madre Tierra fluye a todos tus huesos, a todos los músculos, en todos los órganos internos, al sistema nervioso y a la circulación sanguínea. En fin, deja fluir la luz dorada sobre toda la piel e imagina como la piel queda alisada y como desaparecen todas las imperfecciones.

Cuando te sientes realmente bien, respira la luz dorada y la energía hasta tu ombligo e imagina como se crea una bola de luz dorada en tu abdomen. Carga esta bola de luz dorada en tu abdomen con aùn mas luz hasta que sientas una grande, poderosa y luminosa bola dorada. Conéctate otra vez conscientemente con la Madre Tierra y agradécele por llevarte y nutrirte y agradécele todos los regalos. Haz otra profunda inspiración y lleva la luz dorada a tu alrededor y en tu canal de luz hasta la coronilla.
Dirige tu atención hacia la coronilla y deja que una columna de luz suba hacia el Universo y conéctate con todo lo que es.

Deja fluir hacia abajo la energía del poder ilimitado de la creación, del amor puro y la energía de curación divina universal y siente como esta energía entra en todo tu cuerpo. Como una cascada de luz, la luz blanca se difunde a través de la coronilla, a través de todo tu cuerpo, hasta la más pequeña de las células.

Ahora dirige tu atención al centro de tu corazón, en el centro de tu pecho. Imagina como una columna luminosa de ca. 10 cm de diámetro se extiende del centro de tu corazón, pasa a través de la coronilla y sube hasta el centro del corazón de tu Alma Divina. Ten cuidado de que la columna luminosa mantenga su diámetro de 10 cm a lo largo de todo su camino.

Profundamente y conscientemente inspira algunas veces la luz blanca luminosa en el Chakra de tu pecho/corazón y cuando espiras deja fluir la luz en ti. Quédate con tu atención en el centro de tu cuerpo, relájate y siente todo tu cuerpo.

Ahora puedes rezar, tener una conversación con tu Alma Divina y dejar al Alma todos tus deseos.